jueves, 22 de julio de 2010

Delicatessen Literaria II

...No tengo una referencia clara. Me sorprende a mi mismo no poder hallar un horizonte claro y unos objetivos bien definidos donde dirigir mi vida. Mi historia es intemporal y monótona y cuando pienso en la huella que me gustaría dejar y lo que realmente hago observo perplejo que sobrevivo a una situación caótica y me deprimo. Es un dilema desesperante pensar en lo que debo hacer cada hora, día, mes y año que pasa y que no pasa nada interesante en mi vida. El tiempo vivido no es sustancial. He leído que Tolstoi se refugió en los evangelios por un problema similar. Opinaba que la riqueza material siempre acarrea podredumbre moral. ¿Y si tiene razón?
Esta anécdota me genera desesperanza y yo necesito optimismo para encarar el futuro. Mi relación social, en este momento, es muy cómoda pero sin fundamento lo que me puede llevar a una soledad y a una incomunicación que no deseo. Me acuerdo de este ricachón que sentía lo mismo y se fue en busca de una tribu aséptica de la amazonia donde poder evolucionar espiritualmente. Podría centrarme en un lobby cualquiera y empezar a luchar contra el sistema. Mi vida daría un giro completo y un cambio interior y, quizás, empezaría a tener sentido. Necesito saber más sobre mí.
Ser antisistema no implica, necesariamente, un equilibrio interior y un reconocimiento existencial. Necesito alguien sobrenatural como referente espiritual y en el plano material alguien con quien compartir la vida. Tengo que sobreponerme a este agotamiento eventual y buscar una persona de la que pueda enamorarme y encauzar mi vida sin demasiados destrozos.
Ahora que recuerdo, tengo amigos que debo conservar. Debería convertirme en un sujeto emergente dentro del grupo en lugar de dejarme llevar. Esto, seguramente, se traduciría en una relación terapéutica que implicaría cambios en mi vida que es lo que necesito. Debo pensar en ello...
De "Buda enamorado" de Crujeiras Lendeo.