miércoles, 30 de junio de 2010

Repetición

Uno tiene la sensación, a estas alturas, de que lo del blog literario es para el invierno. Y si me apuras también para la primavera y el otoño, pero no para el verano. Como dice alguien, hay cosas que sólo son para el verano y otras que no. Digo esto porque tengo la sensación de que la gente normal, en verano, aprovecha para hacer de todo menos conectarse y leer el blog literario de Toni Negre.
Pero bueno hay que ser fiel a uno mismo y seguir con las entradas a pesar del calor. Hoy tocan dos cositas de rabiosa actualidad.
La primera es una noticia recogida en la sección de necrológicas de un periódico local donde dice que D. Fulanito de tal y tal ha fallecido cristianamente a la edad de 99 años. Vale. Yo se por demasiada experiencia cómo muere uno. Simplemente se muere. Pierde la conciencia. Deja de respirar. El corazón se para y punto. Las dos últimas cosas no es necesario que sean por ese orden. Esto es morirse.
Ahora resulta que se puede morir de varias formas y este señor en cuestión lo hizo cristianamente como si esto fuera una opción. Uno puede elegir opciones en vida. Vivir con dignidad o todo lo contrario. Elegir la opción política que más le convenga aunque sea de derechas. Elegir la opción sexual que le llene aunque por ello tenga que salir de un armario. Optar por una religión u otra. Ser un sinvergüenza y mangonear los dineros de todos, etc.
Pero esta noticia me ha cogido descolocado o será el calor que no me deja entender bien las cosas. Si este señor murió de una manera es que hay otras maneras de hacerlo. Es un alivio saberlo. Ahora sé que puedo  morir ateamente e izquierdamente. Que es lo que pensaba hacer.
La segunda noticia leída dice que una empresa gestionará las aplicaciones de tu PC. Las cuentas de correo, Facebook, twitter, Tuenti, el blog y todo aquello a lo que uno está suscrito para ser alguien en esta vida. Lo más importante es que se encargará de dar todas las claves y contraseñas de lo antes mencionado a la persona que yo quiera. Alguien va a heredar cosas cibernéticas o internáuticas con sus correspondientes claves para no se sabe muy bien para qué.
¿Es que cuando yo muera alguien seguirá escribiendo en el blog como si fuera yo y con mi nombre? ¿Alguien mandará correos en mi nombre o se relacionará en las redes sociales haciéndose pasar por mí? Yo estaré muerto. ¿Quién puñetas tendrá tanto interés en mi ciberbasura?. Lo dicho, el calor no me deja pensar razonablemente bien y todo esto se me escapa. Pero, como en la primera noticia, me lo voy a tomar en serio y empezaré -un día de estos- ha hacer el testamento internáutico.
Me voy de vacaciones pero me tendréis
que seguir aguantando. Que yo soy quien quiero ser dentro de unos márgenes éticos y legales. Lo dicho, a beber mucha agua que os podéis deshidratar. Salud.