miércoles, 2 de junio de 2010

Café Comerç

Está en Santa María. En la misma carretera que une Palma con Alcudia. Tiene su qué. Prácticamente todas las entradas que estás leyendo en este blog se han concebido, gestado, pulido, rehechas, remodeladas, cambiadas o terminadas alrededor de una mesa del "Es Café Comerç". Sería una errónea simplificación decir que aquí se viene a tomar un café y poco más. Es un centro multicultural que engloba distintos conceptos dependiendo a lo que se venga. Es el ambiente. Medio cargado de humo de tabaco y medio cargado de ruido de fondo a modo de susurro que te permite abstraerte, pensar y escribir. Ahora ya no hay humo de tabaco. Todo lo demás sigue igual.
Famosos mediáticos no he visto. No los hay y no se les espera. Entran personas anónimas con sus problemas y sus pensamientos. Se forma una especie de red social donde algunos son amigos de otros y que por esta razón se agregan a otros amigos. Es como un facebook o un twitter dentro de un café. Curiosamente y pese a la grán variedad de personas que entran y salen se respira armonía. Porque los espacios se articulan entre sí y las separaciones son virtuales. Es intimista y difuso. En una mesa están los jubilados que se citan todas las mañanas y comparten mesa y recuerdos personales y colectivos. En la mesa de más allá la gente del pueblo que para su actividad para coger aire y tratar temas de actualidad local. Pueden con todo. Como son del mismo pueblo ya se conocen por lo que enseguida se agrgan como amigos y esto les da derecho a compartir mesa, periódico y lo que haga falta.
Los obreros coinciden para poner el estómago a punto con un buen variado. Son amigos temporales mientras dure el curro y después, adios y muy buenas. El tema de estos últimos es el fútbol, la política y el cabrón del jefe. Los ciclistas ocupan las mesas de fuera, pero no sé de que hablan porque no se les entiende un carajo. Son extranjeros. Los ciclistas autóctonos hablan de colesterol. Los otros de fuera son los ansiosos del sol que mueven las sillas para salirse de las sombrillas y coger color.
Hay un espacio aparte. Aquí no hay grupos. Somos personas individuales mimetizadas que se disuelven en el ambiente para estar y pasar desapercibidos. Cada uno hace lo que tiene que hacer de forma discreta. No agragamos a nadie en la mesa. No vamos a hacer amigos ni a compartir tiempo. Somos una metáfora de la realidad. Se lee. Se escribe. Ebook. Crucigramas y sudokus.
No quiero frivolizar porque no es banal. La gente pone su biografía personal al descubierto y la comparte. Esto es expandir cultura en el más ámplio sentido de la palabra. Los ocasionales entran se quedan y se hacen protagonistas de las normas y como tadavía nadie les ha agregado como amigo en su red, soportan bien el contacto externo y se ponen en lista de espera.
Siento una enorme atracción por "Es Café Comerç" porque me supone una fuente de inspiración. Simplemente escuchando a los más antíguos en edad, uno se vuelve más sabio. El ambiente es excitante cuando descubres que las ideas fluyen desbocadas con tanta incitación. Todo se percibe densamente. Levantas la vista y descubres formas visuales abstractas que no te producen indiferencia ni distracción sino que alimentan la creatividad y te ambicionas en lo que estás. Se recomienda pasar por allí y tomar un café con una ensaimada. Tener una charla pendiente con alguien. Arreglar unos asuntos y concebir negocios que nos saquen de la crisis. Todo vale en la intimidad colectiva del lugar. Un buen sitio para empezar el día. Coger fuerzas y ganas. Explayarte de tus problemas. Salud.