domingo, 23 de mayo de 2010

A vueltas con Dña. Rita

Hoy es domingo. Es mi día libre. Me he levantado con dolor de cabeza, luego, os voy a machacar. No es normal que cada mañana tenga que desayunar con la última tontería que ha dicho o hecho Dña. Rita Barberá y me acueste con los comentarios de los comentarios de la susodicha. Nunca se ha instalado un antivirus en el disco duro que tiene dentro del craneo y por tanto lo tiene contaminado. Funciona con el software de un programa antíguo que nunca ha sido actualizado y es tan lento que te cagas -modernismo que significa desesperadamente lento-.
Sea lo que fuere lo que habla no se desprende rencor ni malícia sino ingorancia, incultura, tonterías e imbecilidades varias y no padece cretinismo por unos centrímetros. Es singular. Con colorido. Pasea su cintura como una peonza en movimiento y sin rumbo fijo. Sus capacidades son limitadas -se dedica a la política-. La elaboración conceptual de las cosas es primitiva. Su archivo mental está sin catalogar y descolocado, igual que si a un músico se le caen las hojas de una partitura y despues interpreta según las ha recogido. Es un esperpento que goza de escuchar mascletás y de proyectarse a sí misma como un referente a seguir. Pero es un icono que debería ser reemplazado con urgencia y enviada a un taller para su restauración. Necesita un reset y que le instalen la última versión de los procesos cognitivos adecuados.
Es una artista mediática perseguida por lo que dice con su voz de cuerdas vocales untadas de nicotina. Ver a Dña. Rita desde la permanente hasta los juanetes es como ver una retrospectiva histórica de la época franquista. Es una representación simbólica de un sector de la ciudadanía que tiene apreciaciones erróneas de todo lo que le rodea y que condicionan sus actos. Interpreta el perfil más limitado del ser humano con sus parrafadas desasosegantes. Y ya que hablamos de interpretar...Imaginemos "el momento casablanca". Fotogramas de medio plano y en blanco y negro. Un Paco Camps con cara de prota en el papel de Humphrey Bogard con vaqueros bajos enseñando calconcillos y en lugar de sombrero borsalino una gorra de beisbol con la visera en el cogote. Enfrente y con cara atormentada a nuestra queridísima Dña. Rita encarnando a Ingrid Bergman, Hiyab en vez de pamela y con diadema de fallera mayor. Secuencia en penunbra para disimular caretos y que pueda ser vista para todos los públicos. De fondo, en lugar del precioso DC3 un Boeing 747. El diálogo se expresa como sigue:
- Tienes que dejar la política, muñeca -lo dice Camps Bogard y se refiere a Rita Bergman-.
- Pero...¿es que tu no la vas a dejar, Paco?
- Yo me quedo de presidente hasta que mi más que amigo del alma me enchirone.
- Si te quedas y no me acompañas a las colas del Inem te quitaré de mi Facebook.
- We'll alway have Twitter. (siempre nos quedará Twuitter).
Te lo ponen a huevo. Hemos conseguido pasar de 1942 a 2010 como si nada y en lugar de Oscar a la mejor película podrían conseguir celda compartida en el módulo de expolíticos en Picasent. Si Franz Kafka levantara la cabeza se cortaría las venas por no haber conseguido imaginar una cosa así. No actua, siempre ensaya. Pero no mejora. Es todo un misterio científico al desafio evolutivo. Cuando anda ya apunta maneras de Fraga. Es un ser humano en apariencia y esto debería preocupar a sus votantes.
Su futuro es predecible. Terminará sus vidas haciendo tests para estudiantes de psiquiatría. Disfruta lo que puedas Rita. Yo, a partir de ahora y salvo cuestiones de vida o muerte, no pienso escuchar nada más de lo que digas y me importa un carajo lo que hagas. Dña. Rita Barberá: me produces estréssssss, pero a mi siempre me quedará París.