sábado, 8 de mayo de 2010

V. Henderson

Dicese de una señora nacida en América (Kansas)y que se hace enfermera. Abanderada del puritanismo y triquismiquis (*). Un día decide inventar la nueva enfermería y escribe "la única función de una enfermera es ayudar al individuo sano y enfermo en la realización de aquellas actividades que contribuyan a su salud, su recuperación o una muerte tranquila, que éste realizaría sin ayuda si tuviese la fuerza, la voluntad y el conocimiento necesario. Y hacer esto de tal forma que le ayude a ser independiente lo antes posible". Presuponemos que un enfermo no tiene fuerza y no tiene voluntad de ponerse bien. Lo de los conocimientos no tiene porqué tenerlos, faltaría mas. Evidentemente, hasta que ella pronunció semejante tontería, la enfermería era profesión de fracasados. Fué una teórica de su profesión, a saber: nunca tuvo contacto con pacientes (*). Pensaba, escribía y daba charlas a los desocupados con tentenpié incluido. Pero ya apuntaba maneras con lo de la humanización de la profesión enfermera. Malas lenguas dicen que ofrecía sexo a los enfermitos porque esto también era una necesidad básica que aquellos no podian satisfacer por sí mismos. Sin duda alguna vale la pena conocer que esta tal Henderson compaginaba a la vez lo de enfermera teórica y putita. Hoy es venerada en todas las universidades y que un grán número de l@s profesionales tiene un retrato suyo en la cabecera de la cama. Yo no.