lunes, 31 de mayo de 2010

Un experimento

El sábado pasado hice una "entrada de bajo coste" porque era un experimento. Me explico: cogí un periódico antíguo y fuí subrayando palabras sueltas. Despues fuí juntándolas al azar hasta conseguir frases que también junté. No pensaba en nada porque no perseguía ningún fín especial. No tenía ni pijotera idea de lo que estaba escribiéndo. Simplemente me dedique a cortar y pegar sin mas. Nada de lo escrito obedecía a ninguna razón lógica ni me inspiré en nada. Juntar palabras. Formar frases. Juntar frases. Algún punto y aparte y le dí entrada en el blog advirtiendo de que no lo comentarais. Una broma de niño malo hiperactivo. Una ironía con un punto de mala leche. Una licencia que me permití para relajarme un rato.
Cuando estuvo terminado e inmerso en el blog me puse a leerlo pausadamente en repetidas ocasiones buscándole un significado. Un algo. Y lo encontré. Descubrí una grán similitud con cualquier discurso pepero. A rueda de prensa derechona donde no se admiten preguntas. A gilipollez. Fuí más allá. Me vestí de pijo. Me engominé el pelo. Puse cara de bobo inteligente o de supuesto inteligente con cara de tonto. Le di un registro de voz muy monótono, empalagoso y uniforme. Todo esto delante del espejo. En un momento dado de la lectura levanté la vista para mirarme y me pegué el susto de mi vida. Un susto de cojones. Juraría haber visto, por un momento, al mismísimo patriota Aznar. Del susto pasé a la fantasía. Evidentemente no era él, por lo del bigote, los abdominales y la inteligencia.
Si alguien, algún día, tiene que hacer un discurso ráncio, caduco, derechón -de los de hablar mucho para no decir nada-, que no tenga ni pies ni cabeza y con un transfondo de imbecilidad inculta, ya sabe lo que tiene que hacer. Es fácil y no te lleva más de 10 minutos. El truco está en no pensar. Qué más da el significado que los demás le vean. Si no te gustan las críticas siempre te queda aquello de que "lo han mal interpretado", "yo no quise decir eso", "es un montaje para desprestigiarme", "lo han sacado de contexto aposta", etc, y te quedas de coña aunque sigas siendo bobo, con cara de inteligente y de derechas.
Ahora queda la reflexión final. Si alguno de los que leisteis la entrada de bajo coste entendió algo, le gustó, le pareció ingenioso o algo así y todas estas mandangas, que se lo haga mirar por un psiquiatra de pago. Esto es un mal presagio. Es una enfermedad grave que padece cierta fauna humana y que es patognomónico de algunos políticos que lo más agradable que les ha pasado en esta vida es algún amor de ocasión o de oferta pero sin orgasmo. Un tal Rouco podría ser un ejemplo.
No lo volveré a hacer. Basta de experimentos. Voy a escribir sin interferencias y con puntos de vista o matices. El propósito cuenta pero el resultado tambien. Si alguien paso un mal rato leyendo la entrada en cuestión, le pido disculpas. Esta entrada, si se quiere, se puede comentar. Salud.